domingo, 17 de junio de 2018

Rosalía - Malamente - 2018


1 comentario:

  1. Da igual si te gusta el flamenco, el trap, el funk, la electrónica o cualquier ritmo que aparezca por la mente mientras escuchas Malamente. Da igual si entiendes o no de compases o palmas, de tauromaquia o de tradición. Da igual, incluso, si has escuchado antes a Rosalía. O lo que entiendas después de ver el videoclip.
    La artista ha generado algo que está más cerca del sentir que del pensar, tal vez un enlace directo con la razón por la que ella ha dicho alguna vez que se enamoró del flamenco: porque no hay ninguna música tan visceral ni con tanta carga emocional como este género. Ella, libre, la ha expandido hasta llegar a convertirse en la razón de que muchos de los que no escuchaban flamenco —y nunca lo hubiesen imaginado—, lo hagan. Tiene parte del pasado y del futuro de un sonido que no siempre es comprensible para todos y está convencida de que ese mundo no debe atender a clichés, ni encajar en una estética ni en ideas preconcebida. Crea sin prejuicios.
    La espera, la huida, la muerte, la vuelta. Olvido y confrontamiento. Violencia, cadencia y ataque, contraataque.
    En dos minutos y 48 segundos se concentra el imaginario de una España existente, profunda y palpitante, que la cantante hila con una voz que nombra a Undebel (el nombre caló para Dios), que habla de luna y estrellas, de la guarda que ofrece una salve. La perspectiva y el ojo de alguien que lo ve todo desde ese lugar en el que no cabe purismo ni corsé.
    La cantante, nominada a los últimos Grammy Latino como Mejor nueva artista, avisaba hace 24 horas en sus redes sociales que pronto iba a llegar una nueva canción. Es el primero de los descubrimientos de El mal querer, que es uno de los pocos detalles que se sabe sobre su nuevo trabajo, del que se habla largo y tendido (eso sí, por el momento solo con especulaciones).
    En ese mismo vídeo, Pablo Díaz El Guincho uno de los productores, asegura que no tenía ni la más mínima idea de flamenco, pero que Rosalía fue poco a poco explicándole ese "inabarcable" universo. Ahora le suena a pop, dice, "pero porque llevo un año con esto". "Más duro, más físico, más sucio", así define el productor las instrucciones de Rosalía durante la grabación.

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